La Biblia es la única Palabra de Dios inspirada, infalible y autorizada.

Hay un solo Dios, eternamente existente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En la deidad de nuestro Señor Jesucristo, en Su encarnación, en Su nacimiento virginal, en Su vida sin pecado, en Su muerte expiatoria, en Su resurrección corporal y en Su ascensión a la diestra del Padre.

La sangre de Jesús es la única limpieza para el pecado y la salvación se encuentra sólo a través del arrepentimiento del pecado y la aceptación de Jesucristo como Señor y Salvador.

Jesucristo es nuestro Salvador, Señor, Libertador, Bautizador y Sanador y todos los aspectos de Su ministerio están disponibles para la Iglesia hoy.

El bautismo o la llenura del Espíritu Santo, según Hechos 2:4, está disponible hoy para todos los creyentes que lo pidan.

En el poder santificador del Espíritu Santo, por cuya morada el cristiano es capacitado para vivir una vida santa.

En la resurrección tanto de los salvados a la vida eterna como de los perdidos a la condenación eterna.