Dios estableció el matrimonio de un hombre y una mujer como base de la familia.
Las familias son tan fuertes como los cimientos sobre los que se construyen.

Las necesidades de los miembros de las familias actuales son tan variadas como las propias familias, pero cada una de ellas se ve afectada de un modo u otro por la relación entre marido y mujer. Cada persona llega al matrimonio con sus propios problemas familiares. Parte del ministerio matrimonial y familiar consiste en ayudar a las parejas a sanar los problemas de sus propios corazones que se interponen entre ellos como pareja. Entonces pueden ser padres con el modelo de Dios, no con un modelo distorsionado de su propia creación. Cada uno de nuestros cursos ayuda a los cónyuges a afrontar y superar los problemas de su corazón. En Uno para la vida, las parejas de novios trabajan los problemas con los padres y las relaciones anteriores. Casados por la vida se centra en los problemas relacionales entre marido y mujer. Padres para la vida examina los problemas de los padres, tanto hacia adelante, con sus propios hijos, como hacia atrás, con sus padres.